He vuelto a ver una de mis peliculas de culto, "Reservoir Dogs", para mi la mejor de Tarantino y una obra maestra, hecha con cuatro duros (como casi todas las obras maestras).
Desde que la ví por primera vez en 1993 he sido un fan de esta película: de su original guión dando continuos saltos en el tiempo, de la estética siniestra y setentera, de la tensión que se consigue desde las primeras imágenes de la huida y la llegada a la nave industrial y que se prolonga creciente durante toda la película, de su banda sonora, por no hablar de los primeros 5 minutos de película, con esa conversación surrealista sobre el mensaje oculto de las canciones de Madonna mientras desayunaban antes de ir a atracar el banco…
Y es que en mi opinión Tarantino dejó el listón muy alto en esta su casi ópera prima, listón que ha ido rebajando poco a poco conforme se incrementaba el presupuesto de sus películas posteriores… Pero esa es otra historia.
Pero lo que quería comentar es que a pesar de que esta película no fue un gran éxito de taquilla cuando se estrenó (sólo después de éxitos taquilleros posteriores "Tarantinianos" fue redescubierta pero sin llegar a ser una película conocida por el gran público), sin embargo tanto su banda sonora como su estética ha perdurado en el tiempo y aún hoy oímos los temas principales de la película (todos temas de los 70), y la uniformidad de los atracadores, esos trajes negros con camisa blanca y gafas de sol, han sido después recurrentes en películas, programas de televisión y en la publicidad.
Al final, como ocurre tantas y tantas veces, lo que más perdura no es la esencia sino la estética, los símbolos, el envoltorio, la parafernalia… Al final de “Reservoir dogs” ha perdurado no la trama ni los diálogos, no las esencias cinematográficas o del guión, ni las interpretaciones de los actores, ni siquiera la combinación entre tensión y humor negro tan innovadora en su tiempo, sino los iconos visuales y sonoros: la imagen de los atracadores cuando salían de la cafetería y caminaban por un callejón, todos ellos elegantemente vestidos de impecable negro y con gafas de sol, con aspecto de "duros", mientras sonaban los acordes de “Little green bag” y de “Hooked on a feeling”…
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sábado, 29 de mayo de 2010
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Lamentablemente, lo único que quedó en mí de esa película fue el tremendo corte de oreja...Momento en el que apagué y dejé de verla. Prefiero el Tarantino de Kill Bill y en parte de Pulp Fiction. Estoy de acuerdo contigo, eso sí, en que este señor pone unas bandas sonoras estupendas en sus películas.
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