jueves, 29 de julio de 2010

Agosto literario y en la oficina



Ya llega el mes de agosto, y un servidor se va a quedar "de guardia" en la oficina... Lo cual no tiene que ser necesariamente malo, ya que el jefe no estará, el teléfono no sonará, el trabajo será menos, y la ciudad se queda más vacía y se está más a gusto en todas partes.

Uno no tiene planes especiales para este verano, espero limpiar la mesa de expedientes atrasados, ordenar un poco mi disco duro (que está hecho un desastre y parece el Laberinto del Minotauro), ir a la playa por las tardes a bañarme y leer un rato... y pensar en el futuro... Suena demasiado trascendental esto último, ¿no?

En fin, que para capear el verano he ido comprando varias novelas, casi todas ellas ligeras y poco densas, para poder leerlas tranquilamente en la playa sin tener que concentrarme demasiado ni me cueste mucho recuperar el hilo después de cada bañito...

Y hay una que acabo de terminar y que me ha parecido un completo fiasco: "La conspiración Octopus" del periodista de investigación Daniel Estulin. Lo compré poco despues de la reunión del Club Bilderberg en Sitges, pues me resultó curiosa la expectación que levantó el evento en cuestión, y quería enterarme un poco de los supuestos entresijos de esa "institución", en plan novelado y sin profundizar demasiado (uno ya está mayor para andar tomándose en serio lo de las conspiraciones planetarias).

Pero me quedé a dos velas, ya que el periodista supuestamente especialista en dicho Club apenas describió su funcionamiento, de hecho apenas lo mencionaba y prefirió inventarse otro club "Octopus" mucho menos verosimil, y además quiso hacer una novela de espías y de conspiraciones internacionales, de acción, incluso con sus gotas de romance entre los protagonistas... Pero en mi opinión al final la mezcolanza le salió rana: ni como novela cubre los mínimos veraniegos de coherencia, credibilidad y entretenimiento, ni como trabajo periodístico vale para mucho pues carece de rigor y de profundidad alguna en los temas...

Un fiasco, la verdad.



Bueno, ahora he empezado una novela histórica, "Garoé", de A. Vázquez Figueroa, ambientada en la isla de El Hierro en el Siglo XV, en plena colonización de las Islas Canarias...

Aunque después me espera otra de conspiraciones mundiales, esta vez ambientada a finales de la Segunda Guerra Mundial, sobre una misión secreta de los americanos (siempre los yankies, qué haríamos sin ellos) para destruir una supuesta "Base 211", construida en la Antártida por la "KriegsMarine" del Almirante Dönitz para que los jerarcas nazis pudieran huir antes de la caída de Berlín y a donde se habrían llevado sus últimos descubrimientos teconológicos...

Seguiremos informando.

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sábado, 10 de julio de 2010

pereza vital un sábado estival



Hoy he tenido un día perezoso; ya me he despertado con una pereza en el cuerpo que no quería ni levantarme, y además esta mañana para variar soplaba el viento por la ventana y tumbado y holgazaneando se estaba fenomenal... Al final M ha conseguido que me levantase, en parte gracias a que había preparado un desayuno cuyos olores llegaban ya hasta la habitación...

Decidimos ir a la playa, y no a las abarrotadas y sucias de Barcelona sino a la también llena de gente pero más grande y algo más limpia de Gavà-Castelldefels. Menos mal que M decide conducir ella y puedo ir medio zombie todo el viaje... Después del chapuzón y de despertarme del todo veo la cantidad de gente que estamos tumbados en la arena y a remojo en el agua, y recuerdo que esta misma tarde hay convocada una manifestación por no-se-qué-historias de no-se-qué-Estatut ya está celebrándose, y mañana hay otra manifestación, ésta futbolera, a tropecientosmil kilómetros, aunque con efectos más cercanos si gana "Ejpaña" (pitos, barullo en las calles, borracheras, petardos...). Y antes de medio-dormirme de nuevo concluyo que prefiero esta manifestación playera, más espontánea y menos manipulada, y encima con estupendas vistas al mar (y a las chicas en top-less que me rodean)...

Tras un segundo baño y ver que mi piel comienza a enrojecer, decidimos volver a casa a comer y siestear, lo cual me complace pues empiezo a estar un poco cansado de estar tumbado de manera incómoda en la toalla, del pringue de la crema solar y de la arena-peeling que tengo ya en medio cuerpo... Y ya me visualizo en el sofá después de comer... Y en el sofá estuve, pero no siesteando con alguna película de sobremesa de fondo, sino viendo una película demasiado cruda y realista que me quitó el sueño... Pero bueno, queda mucha tarde, me digo.

Y si, queda mucha tarde, pero la paso interneteando, mayormente para buscar algún viaje para las vacaciones de octubre; cosas de las ofertas de Internet: para conseguir un precio asequible apto para cardiacos necesitas planificarlo todo con meses de antelación, a mi que no me gusta planificar ni a 5 horas vista...).

Al final M me saca de nuevo de mi apatía (que haría yo sin M !!!! de momento sería más vago y apático...) y propone cenar fuera de casa, dudando entre un restaurante cubano cutrecillo y económico -que no conocemos- y un retaurante barcelonés de diseño más carete -que ya conocemos-... y como estamos en crisis y nos gustan las sorpresas, optamos por el cubano.

Ya os contaré en qué acaba este sábado perezoso, caluroso, playero, manifestoso, pre-futbolero... y gastronómico.

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