¡ Por fín un domingo primaveral y soleado !
Después de un invierno largo y duro "casi como los de antes" que diría mi madre, y en el que incluso llegó a nevar en la playa de Barcelona, hoy por fin ha salido un día de esos en los que te apetece ir a dar un paseo por el centro o por el parque, y después rematar la mañana tomándote unas cañitas bien tiradas con unas olivitas, unas bravas o unos boquerones, en una terracita del barrio.
Este es uno de los pequeños grandes placeres de la vida, en mi opinión, junto con el café de media mañana para hacer una pausa en la oficina... Esos placeres por los que tanto se nos critica en los medios económicos anglosajones y germánico-nórdicos, y por los que, con cierto aire de superioridad y paternalismo, se nos acusa de ser poco productivos, etc. Sin embargo, los critican por desconocimiento, como ya pasaba antes con la siesta, era algo muy tercermundista hasta que vinieron a veranear y la conocieron, y ahora la practican más ellos que nosotros (con nuestros modernos horarios europeos que nos dejan apenas una hora para comer... Vamos progresando).
Si p. ej. los ingleses dejasen de tomarse por la mañana el café-matarratas de máquina, de pié y a toda prisa, y se bajasen con los compañeros a tomarse un café bien puesto con su tostada, su pincho de tortilla o su montadito, mientras despotricas a gusto y entre risas del jefe y de los compañeros o comentas el partido de ayer o los planes de vacaciones, pues luego afrontarías de mejor humor el resto de la jornada laboral...
Y si p. ej. los alemanes dejasen de hacer todo con prisas y probasen el placer de bajarse a la una de la tarde a tomarse una cañita bien fresquita y una tapita, seguro que se les abría el apetito y luego disfrutaban más del codillo, de la frankfurt, etc. Y de los americanos y sus hamburguesas de plástico engrullidas en 5 minutos en la calle ni hablamos... ¡ Que prueben a irse de tapas y sabrán lo que es disfrutar comiendo ! Y ya se sabe, si comes bien luego la tarde se hace más llevadera incluso en la oficina...
Y todo esto podían apuntárselo también en Barcelona algunos conciudadanos míos, que de tanto ir de "europeos" por la vida (un europeismo mal entendido, ahora que los europeos se "mediterrianizan" cada vezmás) al final cuesta encontrar terracitas fuera de las zonas turísticas...
Bueno, os dejo que me voy de cañas.
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domingo, 23 de mayo de 2010
Cañas, tapas y cafelitos
Etiquetas:
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Totalmente de acuerdo, Pep. Vengo ahora de tomar unas tapas en el Triana, por Narvaez, y encantado de la vida. Pero habrá que vigilar porque hasta esos pequeños placeres nos los quieren quitar (o lo que es peor, quitárnoslos nosotros mismos), leí hace poco que la siesta tan ehpañola se hace ya menos aquí que...En el resto de Europa. Cosas veredes. Yo esperando ya a junio para calzarme siestas de dos horas una tras otra.
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