
Esta fin de semana he cenado en un restaurante de Barcelona llamado Ávalon, y si he de ser sincero lo elegí por el nombre, que me sugería leyendas artúricas, islas lejanas... El restaurante en sí no tenía una decoración medieval o mágica, sino que era uno más de los lugares "de diseño" tan en boga en esta ciudad (y en otras). Sin embargo, la elección me desveló mi verdadero estado de ánimo, el deseo de huida de la realidad, de evasión...
Consultando en Wikipedia (ese nuevo oráculo internetero), dice lo siguiente:
"Ávalon o Avalón es el nombre de una isla legendaria de la mitología celta en algún lugar de las islas Británicas donde, según la leyenda, los manzanos dan sabrosas frutas durante todo el año y habitan nueve reinas hadas, entre ellas Morgana. El mismo nombre del lugar derivaría de la palabra celta abal, manzana. (...) Parece que las brumas de Avalón cubren con su mítico velo el lugar de reposo de Arturo Pendragon. Tras la batalla con Mordred, Arturo, moribundo, fue llevado a Avalón por Morgana, la hechicera y hermanastra del rey. (...) Se dice que Arturo fue acostado en una cama dorada y Morgana sigue velando el cuerpo de su hermano.".
Desde luego, no es que quiera morir y ser enterrado por alguna Morgana en algún Ávalon, prefiero las experiencias vitales y no mortales... Pero ¿qué tal si alguna Morgana me llevase lejos, a alguna isla lejana, y las brumas nos escondieran de la realidad?
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